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"-El mundo es peligroso, maestro. Tiene rincones, recovecos, gestos, intenciones... Tiene aristas, filos de navaja...
-El mundo es como un aparador en el que no puedes exponerte, exponer lo que eres, lo que sientes, mostrar tus aspiraciones abiertamente.
-El mundo es como un cartel raido puesto en un muro. Es una noticia vieja. Un saludo artificioso en la calle.
-Cuántas cosas -respondió el gurú-. Cuánta complicación.
-En verdad es complicado, sí -dijo el visitante-, y nunca se sabe qué es lo mejor. Callar, hablar, maldecir o tragarse la lengua.
-¿Tragarse la lengua?
-Sí. Comérsela toda entera. Hasta este punto se ha llegado.
-Hay que ser un buen actor en el mundo, un 'teatralero'...
-Joo... -suspiró el maestro- ¿Y todo eso es necesario?
-Sí. Tal como van las cosas... Sí.
-Árbol flaco no sustenta gran copa -dijo el gurú-. Árbol grueso agota la tierra.
-¿Qué quieres decir?
-Abre los ojos, muchacho. Nada de eso importa. Sólo es importante para el que duerme."
(Braddha Bala)
