"Reaprender a vivir". Ese es uno de los grandes retos a los que tienen que enfrentarse las personas de la sociedad actual, en la que la apatía y la falta de sentido en la vida se ha adueñado de gran parte de la población, según opina el divulgador Emilio Duró, quien en los últimos años se ha dedicado a estudiar el optimismo y la felicidad y ha llegado a convertirse en un gurú dentro del mundo empresarial.
18 de septiembre de 2011
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PALMA DE MALLORCA, 18 (EUROPA PRESS) "Reaprender a vivir". Ese es uno de los grandes retos a los que tienen que enfrentarse las personas de la sociedad actual, en la que la apatía y la falta de sentido en la vida se ha adueñado de gran parte de la población, según opina el divulgador Emilio Duró, quien en los últimos años se ha dedicado a estudiar el optimismo y la felicidad y ha llegado a convertirse en un gurú dentro del mundo empresarial.
Duró es licenciado en Ciencias Económicas, posee un master en Administración de Empresas y ha trabajado como directivo en diversas empresas nacionales e internacionales. Pero su nombre ha saltado a la fama de la mano de internet, después de que una de sus conferencias fuera colgada en la red sin su consentimiento y su teoría sobre el optimismo se propagara entre los internautas.
Este catalán, que visitó Palma para realizar un taller en el Club Diario de Mallorca, imparte conferencias por todo el país dirigidas a personas relacionadas con sectores económicos y en las que analiza un elemento común que, según él, comparten las personas que tienen éxito, el "coeficiente de optimismo".
Duró afirma que en los últimos años se ha comprobado que entre el 80 y el 90 por ciento del éxito profesional depende de la actitud que se adopta frente a la vida. Por ello, apuesta por trabajar las emociones como una forma de potenciar el éxito personal y profesional. De hecho, el divulgador indica que hay estudios que demuestran que reír puede aumentar hasta un 25% la memoria.
No obstante, señala que hoy en día las personas "dramatizan la vida" y la entienden como un "sacrificio", cuando en realidad deberían llenarla de "ilusión, pasión y alegría". Por ello, considera que hay que "reeducar a la gente para que sea libre y para que viva sus sueños" si quieren tener éxito.
En opinión de Duró, la dificultad no reside tanto en hacer un determinado trabajo, sino en encontrarle una razón de ser, ya que para él, "todo lo que hagas con un sentido, lo harás y serás feliz". "No hay nada peor en la vida que el que te vaya bien un trabajo que no te gusta, porque de ahí no sales", apunta.
En este sentido, asegura que "la gente feliz y optimista rinde entre un 65 y un 100% más que la gente normal". Por ello, afirma que las personas deben trabajar sus emociones y "reaprender a vivir", dotando a sus vidas de un sentido y de unos objetivos. Y una manera de hacerlo es mediante el desarrollo del optimismo, una actitud que, según explica Duró, aunque tiene una parte genética tiene otra aprendida que puede potenciarse.
Duró ha explicado que las personas optimistas son básicamente aquellas que son capaces de enfocar sus vidas desde el presente o hacia el futuro y que no se quedan atadas a sus vivencias pasadas.
"Tú presente lo construyes tú, por eso la persona optimista es biográfica y es capaz de escribir su vida". Por contra, "el pesimista se centra en su pasado y trata de buscar un culpable a las cosas que le han sucedido, las cuales, además, ya no se pueden cambiar, de modo que se crea estrés y ansiedad".
"Sólo cambiarás tu vida si eres capaz de cambiar tu forma de pensar, ya que la mente no ve la realidad sino aquello que quiere ver", añade. Por eso, considera que las personas que buscan las oportunidades serán capaces de encontrarlas, mientras que las que "sólo ven la crisis, no podrán verlas".
Además, apunta que las personas con "altos niveles de felicidad" se recuperan rápidamente cuando sufren una desgracia, mientras que las "depresivas" "cuando tienen una alegría tremenda, suben hacia arriba pero rebotan rápidamente hacia abajo".
Y aunque esta capacidad para enfocar la vida puede modificarse, Duró asegura que es más fácil trabajar la felicidad de niño, ya que "las emociones se forman básicamente de cero a tres años".
Sin embargo, Duró afirma que las emociones pueden trabajarse y que una forma de hacerlo es "grabando" mensajes e imágenes en la mente. Así, explica que la mente es capaz de "grabar" a través del lenguaje. "Si tú te repites todos los días constantemente: estoy bien, estoy bien, estoy bien, llega un momento en el que lo grabas en tu cabeza".
Asimismo, otra manera de trabajar el positivismo es mediante las imágenes, donde entra en juego la visualización mental de situaciones positivas. "Por ejemplo, soñamos aquello que pensamos la última media hora antes de ir a dormir y, de hecho, mucha gente programa sueños".
Otro elemento importante para aumentar la autoestima personal y el rendimiento es la práctica habitual de deporte, destaca Duró, para quien lo ideal es hacer una hora de ejercicio diaria.
Éstas son algunas de las herramientas que pueden, según él, ayudar a las personas a adaptarse a las nuevas situaciones a las que se enfrentan en la vida. Duró cree que la gente está "despistada" porque en unas generaciones los avances médicos y tecnológicos han permitido alargar mucho la esperanza de vida y ahora "el problema es cómo aprender a ponerle vida a los años y no sólo años a la vida".
(Fuente: que.es)