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"-Maestro, si el miedo 'me' puede, 'te' ruego que 'me' des un garrotazo, que 'me' adviertas, que 'me' saques del error, del torbellino, de la nada, de la nada, de la nada.
-Ya 'sabes', esa nada tan aparente, tan cubierta de oropeles, tan dictadora.
-Si 'dudo', maestro, si 'prefiero' salir huyendo y regresar al cobijo de lo civilizado, de lo establecido, de lo aceptado... 'golpéame' de algún modo, 'échame' un balde de agua fría, lo que sea.
-Si alguna mañana 'me' ves mirar aquí y allá, como asustado, con ojos de ladino zorro que busca un hueco por el que escapar, 'devuélveme' a la vida, 'sácame' del fango, por favor.
-Joven, estás en el lugar perfecto, en la posición acertada -dijo el gurú-, sólo queda esperar.
-¿Esperar?
-Aquí ya no hay prisas, muchacho, ni lugar a dónde ir, ni metas que cubrir.
-Aquí sólo se espera... desde la luz."
(Braddha Bala)