domingo, 7 de julio de 2013

La evolución consciente y la libertad mental - Ramiro Calle

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A poco que uno 'comienza' a 'observarse' y 'examinarse', 'se' percata de hasta qué punto los hábitos psíquicos, las antiguas conductas, las asociaciones de ideas y las tendencias incontroladas se repiten y perpetúan, llegando a resultar  un proceso exasperante para el que 'ha' emprendido el trabajo sobre 'sí mismo' afin de conseguir la transformación interior. 'Se' da uno cuenta de hasta qué punto es difícil desarticular las reacciones nocivas y los comportamientos indeseados, y hasta qué  grado es arduo mitigar las propensiones nocivas y evitar la expresión de las emociones tóxicas. De lo que no 'nos' 'damos' a menudo cuenta es de que cuanto más 'cedamos' a esas propensiones latentes perjudiciales y a las reacciones emocionales anómalas, más 'estamos' enraizándolas y fortaleciéndolas, con lo que aún 'somos' más víctimas de ellas y más 'nos' van sustrayendo la paz interior, la independencia mental y la libertad interior.
Todo ello forma parte de esa mecanicidad y automatismos que frustran la evolución consciente y la liberación de las corrupciones de la mente, tales como la ofuscación, la avaricia y el odio.  Si uno realmente 'aspira' a evolucionar y 'humanizarse' (que es el genuino propósito del buscador espiritual), 'necesita' emprender un trabajo de envergadura para descubrir, examinar y tratar de 'resistirse' a las tendencias nocivas predominantes y las emociones insanas, logrando así debilitarlas. 'Tenemos' que recurrir a la firme motivación de querer introducir cambios en nosotros, activar la voluntad y el esfuerzo, intensificar la atención y la ecuanimidad, practicar la meditación y el yoga, y tratar de captar el primer destello de la emoción tóxica para 'resistirse' a ser arrastrado por la misma.
Hay que 'desidentificarse' y dejar pasar la emoción insana, agotando así su impulso, contemplado desde la calma cómo viene y parte.  Hay que evitar cargar y perpetuar la emoción negativa poniendo a su servicio el pensamiento negativo. Se requiere un sólido entrenamiento para 'mantenerse' como un sólido testigo de las reacciones emocionales. 'Aprendemos' mucho mediante esta observación y 'terminamos' por lograr 'mantenernos' en el "punto de quietud" incluso en la inquietud. Uno se instala en la actitud de un testigo muy atento e imperturbado. Así 'recuperamos' ese eje interno que a menudo 'perdemos' y 'vamos' logrando un provechoso giro para la mente y accediendo a otra dimensión de la consciencia, que es como un cielo despejado que los nubarrones emocionales no pueden llevarse tras de sí. Entonces, como 'nos' recuerdan los mentores del yoga, uno 'consigue' 'mantenerse' interiormente inmóvil en el movimiento, 'estableciéndose' en 'su' ser más allá de la personalidad y el ego. 
Hay que 'adiestrarse' en profundizar la sensación "soy" y así acceder a la sensación de "ser", que 'nos' transportará más allá de la misma, a una dimensión de consciencia inasible a las palabras, pero que representa otro modo de sentir y 'sentirse', vivir y 'vivirse'. Entonces, en esta aventura intrépida del espíritu, uno 'comprende' que la gracia yace dentro de uno y que el gurú más fiable es el gurú interior. Por esta razón, las esclarecedoras y confortadoras palabras del gran yogi indio Ramana Maharshi, del que el psiquiatra Jung 'llegó' a decir que 'era' el punto más blanco en una hoja ne blanco: 
"La gracia del Guru está siempre presente. 'Tú' 'imaginas' que es algo lejano, allá arriba en el cielo, que tiene que descender, cuando en realidad está dentro de 'ti', en 'tu' corazón; y en el momento que 'logras' fundir la mente en su fuente, la gracia emana como un torrente desde dentro".


(Ramiro Calle)

Satyameva Jayate. Namaste. 'Bienvenido' 'aventurero de la vida'. ¿Ya 'te alimentas' bien?

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