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“'Temía' estar solo, hasta que 'aprendí' a 'quererme' a 'mí mismo'.
'Temía' fracasar, cuando 'me' 'di' cuenta que solamente 'fracaso' cuando no lo 'intento'.
'Temía' lo que la gente 'opinara' de 'mí', hasta que 'me' 'di' cuenta que de todos modos 'opinan'.
'Temía' que 'me' rechazaran, hasta que 'entendí' que 'debía' tener fe en 'mí mismo'.
'Temía' al dolor, hasta que 'aprendí' que éste es necesario para crecer.
'Temía' a la verdad, hasta que 'descubrí' la fealdad de las mentiras.
'Temía' a la muerte, hasta que 'aprendí' que no es el final, sino más bien el comienzo.
'Temía' al odio, hasta que 'me' 'di' cuenta que no es otra cosa más que ignorancia.
'Temía' al ridículo, hasta que 'aprendí' a 'reírme' de 'mí mismo'.
'Temía' 'hacerme' viejo, hasta que 'comprendí' que 'ganaba' sabiduría día a día.
'Temía' al pasado, hasta que 'comprendí' que es solo 'mi' proyección mental y ya no puede 'herirme' más.
'Temía' a la oscuridad, hasta que 'vi' la belleza en la luz de una estrella.
'Temía' al cambio, hasta que 'vi' que aún la mariposa más hermosa necesitaba pasar por una metamorfosis antes de volar.
'Hagamos' que 'nuestras' vidas cada día 'tengan' más vida y si 'nos' 'sentimos' desfallecer no 'olvidemos' que al final siempre hay algo más. Hay que vivir ligero porque el tiempo de morir está fijado."
(Ernest Hemingway)
(Fuente: Casa Vegetariana FB)