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"Normalmente las personas parten de la idea de que se encuentran en un mundo "perfecto", con un orden establecido por los mismos dioses y consolidado por la historia y la cultura heredada.
Desde ahí, desde ese punto, desde esa base, el emprendedor inicia su carrera, el escritor escribe sus libros, los reyes lanzan sus discursos, los gobiernos dictan sus leyes y los juristas las aplican, y la policía y el ejército son garantes de que "el buen orden" funcione, de que todo este sistema de cosas siga adelante.
Pocos se paran a poner en tela de juicio la misma base del sistema, ese mundo oscuro que la inmensa mayoría obvía, que la inmensa mayoría deja de lado. "Es mejor no pensar, no tocar ese punto, no ponerlo en cuestión".
Sí, pero, ¿y cuando lo que falla puede que sea esa misma base sobre la que se cimenta todo este "imperio", este orden de cosas?, ¿qué sucede entonces?, ¿qué sucede?
¿Se quema en la hoguera al que plantea este tema? ¿al que lo pone sobre la mesa? De hecho ya se ha actuado así en muchísimas ocasiones a lo largo de la historia de la humanidad.
Los sabios, los verdaderos, no aceptan el orden establecido como tal, como lo venden, como una verdad inquebrantable, como un tabú que nadie debe osar tratar o tocar.
En "el orden establecido", la muerte seguirá siendo un tabú (algo de lo que no se habla en las escuelas, algo para lo que no se prepara ni si educa, cuando es, sin embargo, lo único cierto que tenemos, el hecho de que un día moriremos), como lo seguirá siendo también la vejez, la enfermedad seria, los problemas y el dolor, y como lo será asimismo el sexo y el desnudo.
En un mundo así, el sabio se echa un par de sonrisas y sigue adelante con su camino."
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: blog.integrayparticipa.es)