"Fue un día cualquiera. No sé cómo sucedió. Lo juro. Juro por el altísimo que fue así. Andaba toda loca, toda perdida, sumida en mis cosas, en mi agenda, en mi vida programada.
De repente, en el camino, algo me asaltó, me paró de golpe y me hizo darme cuenta del absurdo de mi marcha, de su sinsentido.
Allí parada, quieta como un pasmarote, me vi por primera vez con otros ojos, con los verdaderos.
Allí, allí parada, justo allí, fue donde me manché de luz, de cordura; la luz me invadió como el que toma lo suyo por sorpresa, como el que entra en su casa de forma simple y natural.
No sé expresarlo mejor, lo siento, pido disculpas por ello, pero la que era yo hasta entonces desapareció, se esfumó en el aire, tal como si nunca hubiera existido de hecho, tal como si solo me la hubiera imaginado o hubiera protagonizado un sueño nocturno, uno más, uno cualquiera.
Ahora, un dulce cosquilleo me embarga, así, manchada de luz. No sé lo que hay más adelante, pero me apasiona la aventura, la pura vida con contenido."
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: Shae De Tar, Steven Casher Gallery)