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. Gastamos millones en defensa militar y ahora resulta que los ataques no vienen por tierra, por mar, ni por aire, sino a través de los mercados bursátiles. Las agencias privadas de calificación lanzan bombas de cifras en rojo a objetivos estratégicos. Los gobiernos atacados, por su parte, usan a sus propios ciudadanos a modo de escudos humanos.
Los nuevos terroristas del siglo XXI no se inmolan, ni esconden a sus milicias en bosques frondosos. Ahora lucen chaqueta y corbata y se pasean, orgullosos, por las calles de Wall Street sin armas, ni escoltas, ni vehículos blindados: su propio gobierno, el más poderoso del mundo, les protege. Desde sus despachos en Moody´s o Standard & Poor´s, arropados por el blanco tonto de antes y el negro Nobel de la Paz de ahora, decidirán cuál será su próxima víctima y lanzarán contra ella todo tipo de sospechas inventadas o engordadas hasta conseguir que el enemigo se rinda y se someta a sus condiciones.
Las nuevas bombas son metafóricas, de actuación lenta aunque también letales. Las víctimas también se quedan y quedarán sin casa, sin trabajo, sin futuro y en deuda durante años con sus captores.
Ahora el objetivo es el Euro. Atacando a los países más frágiles de Europa acabará cayendo el resto. Desde el inicio de una crisis que ellos mismos provocaron Europa entera está en manos de un enemigo tan sutil, que aun hoy seguimos considerando nuestro amigo. Y si no frenamos esto, aparte de someternos a su dominio, se harán inmensamente más ricos que antes a costa de las víctimas de siempre. Igual que en cualquier otra guerra.
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Nota: Pienso en esto mientras circulo con mi taxi libre por delante de la Bolsa de Madrid. Está cerrada a cal y canto: los domingos, día del Señor, no trabajan. Parece un bunker de lujo; toda de piedra, avaricia y sangre invisible.
· simpulso
El anterior presidente del FMI, Rodrigo Rato, el mismo que impulsó las “hipotecas basura” que desencadenaron esta crisis, ahora es director de Bankia (nombrado a dedo por Esperanza Aguirre). Y cobrará algo más de 4 millones de € al año.
(Fuente: simpulso, Blog 'Ni libre ni ocupado', 20minutos.es)
