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"Cuando el gobierno es perezoso y tonto (no utiliza la razón -en el mal sentido-),
El pueblo no está corrompido.
Cuando el gobierno es eficiente e inteligente (aplicando la razón en favor del ego -en el mal sentido-),
El pueblo está descontento.
El desastre es la avenida de la fortuna (Perder a veces es ganar; perder el ego, es ganar la verdadera identidad)
(Y) la fortuna es el escondite del desastre (cuando el ser se confía y se vanagloria).
¿Quién podrá saber sus resultados postreros?
(Como se halla), nunca podrá ser lo normal.
Pero lo normal retrocedería (inmediatamente) a lo engañoso,
Y lo bueno retrocedería a lo siniestro.
¡A ese estado ha llegado la humanidad!
Por lo tanto, el Sabio es recto (tiene principios firmes), pero no incisivos.
Tiene integridad, pero no hiere;
Brillante, pero no deslumbrante."
(Lao Tsé, Tao Te King, LVIII)