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"El budismo, el cristianismo, el hinduismo, y todos los demás "ismos" que se han convertido en religiones establecidas, no son más que calmantes. Te consuelan, te proporcionan un buen sueño, te permiten una existencia sosegada en medio de esta esclavitud horrible que te rodea; te producen el sentimiento de que todo está bien; nada está mal. Son una especie de tranquilizantes. Son drogas.
El LSD no es la única droga. El cristianismo también lo es; además es una droga más compleja y sutil que te produce una especie de ceguera. No puedes ver lo que ocurre. No sientes cómo estás desperdiciando tu vida; no puedes ver la enfermedad que has incubado a lo largo de muchas existencias. Estás sentado sobre un volcán, pero ellos te continúan diciendo que todo va bien: "Dios está en el cielo, y el gobierno en la tierra; todo va bien". Además, los curas te siguen diciendo: "No te preocupes; estamos aquí. No tienes más que dejar todo en nuestras manos y cuidaremos de ti en este mundo, y también en el otro". Y lo has dejado en sus manos; por eso eres infeliz."
(Osho)