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"El sabio es una flor preciosa, a veces aislada, otras golpeada por vientos extremos o crudas tormentas. Pero él comprende, comprende este juego, sabe de qué va, qué razones tiene, y por ello sonríe aunque muchas veces se encuentre en apariencia solo, al margen del rodar más establecido de la gente.
En ocasiones lo ven ahí, solitario mirando hacia el sol naciente o poniente y se les escapa una sonrisa, "Pobre loco" piensan algunos.
El sabio es una flor preciosa, sí, un encantador de serpientes, un danzarín ligero, casi ingrávido, un ser que late con el ritmo de lo natural, y lo natural entiende, comprende a su vez que es uno de los suyos, y lo acoge en su seno.
El sabio es un ser humano que comprendió el sentido de las cosas, el porqué del existir, y cambió de rumbo. Ahora se mueve entre la gente sin ser gente, entre la ficción sin ser ficción, y entre la vida... acariciándola, respirándola, estrujándola como se estruja una fruta madura para que suelte todo su jugo, su contenido, sus respuestas.
¿Está solo el sabio? ¿Está loco el sabio?"
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: Mariel Fernandez FB)