"Lo sé ya absolutamente, esa puerta no es mi puerta. Sin embargo, paso por ella a diario; me muevo en la realidad que hay al otro lado; me relaciono allí; hablo con la gente; regreso a casa, y considero que estoy haciendo lo correcto porque veo a cien mil más haciendo igual que yo.
Abro y cierro la puerta a diario, sin saber, sin ser muy consciente de ello, de que realizo un acto de esta clase.
Me muevo en el otro lado. Hago y deshago. Río, sonrío, me enfado, gano dinero..., pero, no obstante, en lo más íntimo de mí misma, sé, soy consciente, de que algo falla en todo esto, de que alguna pieza del puzle no está bien bien en su lugar.
Al abrir la puerta me disocio, me separo de mí, de mi yo más auténtico y actúo como si nada en medio de todo aquel berenjenal tan convincente.
Allí, miro, callo, aprendo, y cada día soy más consciente de todo este trasvase, de mí misma pasando de un lugar a otro.
No sé, pero cada vez estoy más convencida, de que lo que vivo al atravesar la puerta, al otro lado, no es más que simple ilusión, que una ficción muy bien orquestada, eso sí, y que lo que realmente es auténtico es cuando estoy aquí conmigo misma, en este otro lado, centradita, siendo consciente de lo que hay más allá de la puerta, de toda aquella actuación."
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: collective-evolution.com)