"Lo ignoro, pero cualquier pequeño acto, cualquier movimiento, cualquier pensamiento..., son armas invisibles en una especie de contienda que se desarrolla al margen de la más aparente realidad de los humanos, de los seres y las cosas.
Es una contienda de 'Dios' o el Universo consigo mismo, jugando a perderse para reencontrarse después. No importa que el escenario esté plagado de cadáveres, de heridas, de espadas clavadas y cabezas cortadas empaladas en postes. No, eso no parece importar.
No importan tampoco ni el tiempo ni el espacio, ni los sinfines universales, ni los sinfines de planetas con posible vida y con seres comiéndose los unos a los otros... Lo que importa en el fondo es la continuidad del juego en el que la consciencia se va tornando cada vez más consciente de sí misma para irse despegando progresivamente de lo que no es y retornando a lo que es, solo esto parece tener valor en el 'tatami de lucha'.
No importan tampoco ni el tiempo ni el espacio, ni los sinfines universales, ni los sinfines de planetas con posible vida y con seres comiéndose los unos a los otros... Lo que importa en el fondo es la continuidad del juego en el que la consciencia se va tornando cada vez más consciente de sí misma para irse despegando progresivamente de lo que no es y retornando a lo que es, solo esto parece tener valor en el 'tatami de lucha'.
'Dios' jugando a perderse y a reencontrarse. Y entremedio, seres que creen ser autónomos, eternos, ricos, poderosos, felices o desdichados; países y fronteras, un sinnúmero de idiomas, competencia a rabiar, guerra por ideas o conceptos, lo mío y lo tuyo...; todo esto dentro de una olla de caldo al que llaman mundo."
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: veronica-recetasdelaabuela.blogspot.com)