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"¿Qué
se puede esperar de una sociedad o sistema basado en el dinero y la
satisfacción del “yo” como principales premisas? ¿Qué se puede
esperar? Pues lo que ‘ves’, muchacho, más bien vacío, vacío y
apariencias; apariencia de normalidad, apariencia de corrección,
apariencia de amor, de felicidad, apariencia de orden establecido
(que en sí mismo es pura degradación de valores y aniquilación o
sometimiento del ser,…).
¿Qué
más ‘puedes’ esperar cuando millones y millones de seres
‘siguen’ este mismo patrón, cuando millones y millones de seres
‘buscan’ satisfacer al “yo” como lógica ley existencial?
Miles de millones de “yoes” que ‘chocan’ unos con otros, que
‘deben’ interactuar entre ‘ellos’ consciente o
inconscientemente, que ‘deben’ combatir también unos con otros
para mantener su status. Y el camino para mantener tal status ―en
esta sociedad moderna― es la posesión del dinero, dinero que “da
el poder” para ser “libre” en una especie de selva competitiva.
¿’Les’
‘dirías’ a esos seres que el problema de base es un asunto de
identificación, de identificación con lo que no se es en realidad?
¿’Les’ ‘dirías’ esto?
La
raíz de los conflictos y de la falta de felicidad real y del
sufrimiento también, está ahí, en una identificación con algo
que, en definitiva, no se es, con algo que, de hecho, está usurpando
la verdadera identidad del ser humano.
“Hombre,
‘conócete’ a ‘ti’ mismo”. Esto ‘dijo’ un gran sabio de
la antigüedad en este planeta. Y otro sabio ‘añadió’ “Sólo
‘sé’ que no ‘sé’ nada”, nada de lo esencial, nada de lo
que realmente tiene valor para el individuo, para no errar en esta
gran oportunidad que representa el estar vivo.
Joven,
‘REENCUÉNTRATE’ a ‘ti’ mismo y ‘serás’ por fin feliz y
‘estarás’ realmente en paz en cualquier lugar y circunstancia en
que ‘te’ halles. ‘Estarás’ en Casa. Por fin en el verdadero
Hogar… y en esta misma vida.”
(Braddha
Bala)