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"Me propuse ser una mujer feliz. Y por ello seguí simplemente la consigna, las orientaciones en el camino, las señales. Y me moví entre sonrisas, entre amigas, entre descubrimientos. La vida ¡qué gran aventura!
Todo empezó a enderezarse. No era de lógica actuar tan perdida, tan cabra loca por el monte.
Concluí los estudios. Amé y fui amada. Los hijos vinieron como cartas sin remite, como paquetes a los que debía cuidar de por vida.
Luché por ellos. Aguanté miles de manías del otro y descubrí las mías propias. Con las mías pude hacer frente, con las del otro no hubo más remedio que establecer una separación que luego fue definitiva.
Me propuse ser una mujer feliz, sí. Y ahora, con cuarenta y muchos, siento que todavía no he empezado a vivir, que, con la confusión que absorbí de joven, perdí en parte la cabeza. Todavía la estoy buscando y ando un poco perdida también.
Creo que me confundieron. Yo así de inocente y la vida dando a traición, sin saber, sin que me diera cuenta.
Tantos años, y todavía no he empezado a vivir realmente."
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: vivir mejor.com)
