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Creo que hay magia en cada amanecer, me gusta sentir que no he perdido ese maravillado asombro ante la vida que naturalmente disfrutamos en nuestra más tierna infancia. Intento vivir consciente cada instante, apreciando los mensajes iluminadores que la propia vida nos susurra y que podrás percibir si estás lo suficientemente alerta.
Es cierto que la vida no siempre está envuelta con un lazo de color rosa, pero aún así, sigue siendo un extraordinario regalo, los milagros están esperando en todas partes y una de nuestras misiones en este mundo está en descubrirlos y algo más: propiciarlos y expandirlos.
Todos hemos escuchado ese proverbio que reza: Cuando el discípulo está preparado aparece el maestro. Este puede tomar la forma de un libro especial que te revela una verdad, el encuentro con una persona que transformará toda tu perspectiva, el florecimiento de una amistad que te marcará un nuevo camino, una enfermedad que te enseñará lo que realmente importa en la vida o cualquier circunstancia dolorosa que contenga un ineludible llamado a despertar. Si puedes encontrar un maestro así, serás muy afortunado. Si no lo has encontrado, no te inquietes, continúa tu búsqueda, no te detengas. “Charaiveti, Charaiveti”, dijo Gautama el Buda: continúa moviéndote.
MIS MAESTROS
Yo he tenido más de un maestro en mis 27 primaveras, y a todos ellos les estoy inmensamente agradecida. Hay maestros que enseñan por las buenas, hay maestros que enseñan por “las malas”. Los maestros que enseñan por las buenas pueden ser la familia, la amistad, las cosas positivas que recibes de la vida, los maestros por “las malas” son los que enseñan a través de situaciones difíciles como pérdidas, separaciones, conflictos, etc.
Mis primeros maestros fueron mis padres, el más cercano ejemplo de amor incondicional que he recibido, quienes siempre me han enseñado valores sagrados como la honestidad, el respeto y la tolerancia, y además ayudaron a cultivar en mí la confianza en la virtud humana. He encontrado maestros en mis amigos, en los libros, en la genuina alegría de los niños, en mis viajes cuando me he abierto a la autenticidad de una nueva cultura que me enriquece el espíritu, en el amor y el desamor, en el silencio y en la soledad. He hallado maestros de un fugaz instante y maestros de un largo recorrido.
LA MAGIA
Esta última semana ha estado llena de magia, esa magia que entrañan los encuentros fortuitos, los cruces de destinos, los donantes desconocidos y hasta unos globos de colores en la ventana de la habitación de un hospital, donde un gran amigo que está enfermo los contempla con la esperanza de volver a volar. Esta última semana he recibido también la magia de encontrarme con nuevos maestros, hoy quiero hacer referencia a uno, a un ser muy especial que ha ayudado emocional y espiritualmente a mucha gente. Se trata de Ramiro Calle, pionero del yoga en España, quien desde 1971 dirige el mayor Centro de Yoga en todo el territorio español, por el que han pasado más de medio millón de personas.
El pasado sábado 26 de enero tuve el placer de conocerlo en la presentación de su último libro: “Autobiografía Espiritual”, que ofreció en una librería en Valladolid. Cuando mi mirada se posó en los dulces y penetrantes ojos de este incansable buscador del sentido místico de la vida, yo sentí una sagrada conexión. Una vez leí que en los ojos del maestro, un discípulo encuentra su propia verdad reflejada. Me gusta mirar a los ojos del alma, no para ver más, sino para ver más hondo.
EL MAESTRO
Me pareció un hombre humilde y llamativo, cercano y enigmático, tranquilo e inquieto al mismo tiempo, eterno buscador de una verdad que a veces abraza y a veces se escurre, quizás para no apagar la llama de ese anhelo de encontrar cada día una verdad más alta que la anterior. Ramiro tiene ese rostro curtido de la experiencia de quien ha vivido los años, no me refiero a sumarlos, sino a vivirlos intensamente, momento a momento. Hay la paz en su mirada de aquel que ya ha reconocido lo verdaderamente importante, y a quien las tormentas del mar de la vida, no perturban la serenidad de sus profundidades. Al hablar, con la agudeza de su verbo encendido, emana una energía que magnetiza y nos invita a encontrar nuestra propia luz interior.
Después de presentar con poética elocuencia su libro, una chica que estaba entre los asistentes le preguntó:
¿Qué hacer para conectar con nuestro ser interior y remansarnos?
A lo que Ramiro respondió:
“La meditación es el arte de parar, la meditación es el arte de vivir hacia dentro, para luego vivir hacia afuera. La meditación es el camino más directo hacia 'nuestro' ser interior. Para conocer, para escuchar la voz de 'nuestro' ser interno 'tenemos' que aprender a aquietar la mente. En el yoga se ofrecen miles de técnicas para el aquietamiento mental, para que 'podamos' aprender a mirar no solamente hacia afuera, sino también mirar hacia dentro.”
Recalcó que estamos tan enredados en los pensamientos, los deseos y los odios de nuestro pequeño ego que andamos de espaldas, jugando al escondite con nuestro verdadero yo. Ramiro Calle nos exhortó a lograr nuestro silencio interior, dijo: el silencio interior es lo más elocuente, nada es tan poderoso. En este silencio interior al menos por unos minutos, no habrá ni pasado ni futuro, sólo aquí y ahora.
Para Ramiro es primordial recuperar la presencia, sentarnos con nosotros mismos, observar la respiración, sentir hacia dentro. Poco a poco te darás cuenta que lo que crees ser es en realidad una descripción, una imagen, somos mucho más de lo que nos han dicho que somos.
EL DISCÍPULO
Mientras escribo este artículo para mis amigos de Yoga es Más, pienso en qué hermoso es cuando te encuentras un Maestro de su propio destino y te impregnas de su presencia. Al concluir la charla, me acerqué a Ramiro Calle, y recibí un último regalo de despedida: él me dijo que había percibido mi energía, que se había fijado en mi alegría, en mi sonrisa mientras lo escuchaba con atención. Yo le hablé de Naylín, de su blog de Yoga es Más y de la linda comunidad que ha creado para ayudar a otras personas a través del yoga. Le pedí que me dedicara el autógrafo a Naylín y a mi, me animó para que le escribiera a su email para contarle lo que hacemos y me permitió hacerme esa fotografía tan entrañable junto a él que he puesto al comienzo de este escrito
Este fue el autógrafo:
Transcripción
“Para 'mis' encantadoras amigas Zuzel y Naylín con mucho cariño en la senda del yoga”. Ramiro
Me di cuenta entonces que la sensación de conexión espiritual que había sentido fue real, mi alma se conmovió, infinitamente agradecida por ese instante luminoso que ahora comparto contigo que me lees.
SÉ MAESTRO DE TI MISMO
Hablando de los milagros, de la magia y de los maestros, mi invitación para ti es que te animes a ser un Maestro de ti mismo, y que conviertas tu vida en una obra de arte, que se refleje en pensamientos, palabras y actos nacidos desde la paz interior y el amor. Este será el mayor milagro de tu vida, verás magia en cada pequeña vivencia. Ser un maestro de tu vida, no significa que tengas que ser un mensajero sobrenatural y perfecto con una línea directa hacia Dios, simplemente intentemos ser todo el tiempo que podamos un ejemplo del potencial más elevado que habita en el ser humano.
Una vez que esa luz es hallada, el discípulo llega a comprender que todos los maestros externos fueron solo un medio para provocar el despertar del maestro interior.
Namasté