"Es portentoso. Es lo más sublime, es el punto más alto que alcanza el ser humano como tal, ese punto de ya no regreso y en el que, simplemente, expresa una canción con voz silenciosa pero que abarca todo el Cosmos.
¡Mira!, el Buda es a lo más grande que puedes aspirar en esta Tierra, es la meta real del ser humano en la existencia.
Una vez alcanzada tal meta, la budeidad, ya se está en Casa, en el Hogar, en el Destino. Se ha logrado la unidad misma con el Universo.
Ahora, el humano-Buda que buscaba y lo Buscado se han encontrado en el camino, y son lo mismo, por eso canta el Buda, y sonríe misteriosamente, con extraño y dulce placer.
Ningún humano común puede entender esto, sumido como tal en cascarillas y ataduras que lo identifican con un cuerpo, con una identidad, con una mente. Ningún humano que funcione en esa línea puede entenderlo.
El Buda es un ser que se apartó de la cascarilla y que viajó hacia su centro, hacia su hogar, aquí, en esta misma Tierra, en esta gran oportunidad que es el vivir y disponer de una conciencia capaz de ser consciente de sí misma.
Qué bello es el canto del Buda, qué sana su voz, qué amable su mirada, qué auténtico su ser; benditos los rozados por su hálito, por su energía."
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: elmistico.com.ar)