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"Y ese día, en el que te das cuenta de que has estado jugando..., al parchís, a las damas, a lo que sea, mientras la vida válida iba pasando de largo.
Ese día en el que te apercibes de que se te arruga piel y que el cuerpo se ha puesto fofo o poco atractivo.
Ese día, en el que notas que lo que debías saber no lo sabes y que te has estado llenando de superficialidad y absurdo.
Ese día en el que te das cuenta de que has estado siguiendo un guión común prescrito sin plantearte siquiera si era lo justo a hacer.
Ese día, en el que tu esposo se busca a otra porque nunca tienes ganas y la otra parece una muñeca.
Ese día, en el que ves que lo único que posees en la vida es dinero pero que tu vida está en serio más hueca y vacía que un agujero negro estelar.
Ese día, ese maldito día, en el que te miras al espejo y reconoces que se acabó la cosa, que ya no hay nada a hacer más que sentarte en el sofá calentito a verlas pasar mientras aguardas a que la muerte venga un día a llevarte.
Frente a todo esto está el día, venturoso día, en el que decides (es una opción) no vivir de espaldas a ti mismo, y tomas la mochila y emprendes el camino en pos del reencuentro y la luz interior. Venturoso día es este."
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: Rocio De Alba. See Me FB)