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"El miedo forma parte de la mente. La mente es cobarde y tiene que serlo porque carece de sustancia, está vacía, hueca, y tiene miedo de todo. Tiene miedo, sobre todo, de que un día de estos tú tomes conciencia. ¡Eso sí que sería el fin del mundo (para la mente)!
No el fin del mundo sino el hecho de que tomaras conciencia, que llegaras a un estado de meditación en el que la mente tiene que desaparecer: ese es el problema fundamental, porque ese miedo aleja a la gente de la meditación, los enemista con las personas que, como yo, intentan propagar la meditación, alguna forma de tomar conciencia y ser testigos. Se oponen a mí, y no sin razón. Ese miedo tiene su porqué.
Quizá no sean conscientes de ello, pero su mente siente un miedo terrible a acercarse a cualquier cosa que pueda desarrollar la conciencia, porque supondría el principio del fin de la mente, la muerte de la mente.
Pero tú no debes sentir miedo. La muerte de la mente supondrá tu renacer, el comienzo de vivir realmente. Serás feliz, te alegrarás de la muerte de la mente, por que no puede existir mayor libertad. Ninguna otra cosa puede darte alas para volar hasta el cielo, con ninguna otra cosa lograrás que el cielo sea enteramente tuyo.
La mente es una cárcel.
La conciencia significa salir de esa cárcel, o darse cuenta de que nunca se ha estado en esa cárcel, que era solamente pensar que se estaba allí. Entonces desaparecen todo los temores.
Yo vivo en el mismo mundo, pero no he sentido temor alguno, ni siquiera durante unos momentos, porque no me pueden quitar nada. Pueden matarme, pero como lo veré mientras ocurre, a quien matarán no será a mí, no mi conciencia.
Es el mayor descubrimiento de la vida, el tesoro más preciado: la conciencia. Sin ella te sumes en la oscuridad, en el miedo, y tú mismo seguirás creando nuevos miedos, sin parar. Vivirás con miedo, morirás con miedo y no podrás ni siquiera probar la libertad. Poseías ese potencial todo el tiempo; podías haberlo reivindicado, pero no lo hiciste. La responsabilidad es únicamente tuya."
(Osho)