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"Por lo visto crees ser lo que eres, lo que te han dicho, para lo que te han educado, y lo afirmas con convencimiento, tal que una verdad irrefutable que sale de tu boca, tal que un misterio que no lo es.
"Este soy yo", expresas sin ningún tipo de dudas. "Este soy yo".
Si te pusiera delante a tu propio cuerpo, tal como si estuvieras separado del mismo y lo pudieras contemplar tal que en un cine -sentadito en una butaca viendo lo que se proyecta en una pantalla- y le amputara entonces a tu cuerpo un brazo, ¿quién dirías que eres?; posiblemente señalarías a lo que queda de cuerpo con gesto firme. Y si le quitara el otro brazo y una pierna y la otra también, bien cortaditas a ras, entonces quizá expresarías alguna duda, no sabrías por qué montón decidirte, entre el de lo quitado y el de lo que resta.
¿Quién eres? Aún podría extraerte piezas, órganos, y mantenerte con vida artificialmente. ¿Quién serías después de todo esto? ¿La cabeza?, la cabeza también la he dejado clínicamente vegetativa, hecha una nada. ¿Quién eres pues tras todo esto?
¿No lo ves?, el cuerpo era el vehículo para el viaje, era el elemento portador de consciencia y cuando el cuerpo se disipe con la muerte, tal consciencia seguirá su andanza, con su mochililla de aprendizajes a cuestas, buscando encarnarse de nuevo para seguir aprendiendo, conociendo, conociéndose.
Mal favor te haces a ti mismo, humano, si no te trabajas, si no te conoces, si desconoces quién eres realmente.
Esto dijo el maestro."
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: rpp.com.pe)