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"Hay una máxima entre los estrategas militares (los sabios);
'Prefiere' no ser el primero en invadir (en actuar), sino ser invadido (ser receptivo a lo que la vida trae);
'Prefiere' no adelantar una pulgada, sino más bien retroceder un pie (actuar con sabiduría).
Esto es marchar sin formaciones (mansamente),
No arrollarse las mangas (no caer en la trampa de la provocación),
No cargar en ataques frontales (no responder a las afrentas directas),
Armarse sin armas (vencer sin lucha).
No hay catástrofe más grande que desestimar al enemigo (infravalorar su capacidad para el mal).
El desestimar al enemigo puede significar la pérdida de 'mis' tesoros (de 'mi' conexión con lo interno);
Por lo tanto, cuando dos ejércitos parejos (dos personas) se encuentran,
Es el hombre infortunado (el sabio y no violento) el que gana."
(Lao Tsé, Tao Te King, LXIX)