"La mente siempre (...) tiene una meta, un deseo de obtener. (...) (El) ser (...) no tiene meta, no tiene nada que obtener. El reino del ser ya ha sido logrado, el emperador ya está en el trono. 'Te' mueves, porque el movimiento es vida, pero no 'te' muevas hacia una meta. Y, cuando no hay meta, no hay tensión. Entonces, el movimiento es hermoso, lleno de gracia."
(Osho)