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A los amigos que seguís Sano, sano, requetesano, deciros que hoy como nunca se considera importante la paz; no una paz de palabra, no un significado en el diccionario, sino una paz viva, una paz de claridad mental y pureza en el corazón.
No se puede alcanzar verdadera felicidad si la paz está ausente del ser. Nos han dicho que sí, que la felicidad se consigue a través de la tranquilidad que reporta el tener fondos en un banco, cierta seguridad económica; mas no sucede del todo así. Lo que se obtiene, como se ha dicho, es una cierta, aparente, tranquilidad, nada más; no plenitud, no auténtica calma, no verdadera sensación de serenidad. No.
La verdadera serenidad viene de alcanzar una limpieza de corazón, de vaciarse de tantas, tantas cosas que esta sociedad promueve como correctas pero que en el fondo no lo son y que encadenan o sujetan.
Paz, amigos. Paz. Ésta no se compra ni se vende, sino que aparece como fruto maduro en el ser depurado, en el individuo que, tras todos los tropiezos, engaños e insatisfacciones de la vida, opta por ir en pos de lo que en realidad cuenta, de lo que en verdad colma. Entonces, un simple espacio natural en el que vivir y desarrollarse de manera sencilla en esta Tierra es suficiente.
El futuro del ser humano no está en las ciudades, en el mal llamado progreso, sino en el reencuentro con uno mismo en medio de lo natural. Tiempo al tiempo.
Mientras, los conflictos no cesarán, tampoco las desazones.
PAZ, amigos, PAZ, qué bella palabra cuando se vive desde dentro, en profundidad. Entonces, la paz es algo que se destila en el mero existir y que produce bellos frutos y esplendorosas realidades.
Un saludo
AABB