'Recordemos' que la meditación 'nos' enseña a meditar. Lo esencial es la práctica regular. La meditación es un método y exige disciplina. Nadie 'puede' meditar por nosotros. El trabajo incumbe a cada uno de 'nosotros' y por eso Buda 'alertó': "¡'Esperadlo' todo de 'vosotros mismos'! Aunque solo se disponga de quince minutos, 'aprovéchalos' para meditar. Así 'te' ayudas a 'ti mismo' y 'ayudas' a los demás. El arte y ciencia de detenerse y remansarse, ser y serse, explorar 'nuestra' mente y poder irla estabilizando.
'Recojo' a continuación otros cuatro ejercicios de meditación:

1) La atención al encuentro entre la inhalación y la exhalación y viceversa:
Respirando con toda naturalidad, por la nariz preferiblemente, 'concéntrate' en la respiración. Evitando los pensamientos, 've' siguiendo con mucha atención el curso de la respiración al entrar y al salir, pero todavía 'pon' más atención, si cabe, para tratar de captar el instante fugaz en el que la inhalación se funde con la exhalación y la exhalación con la inhalación.

2) Cortar los pensamientos en su propia raíz:
Con mucha atención, muy vigilante, 'enfócate' sobre la mente. Cada vez que surja un pensamiento, lo 'cortas' con fuerza de voluntad. No 'cejes' en el empeño; no 'permitas', pues, que los pensamientos procesen y formen discurso mental. No importa que al cortar un pensamiento surja otro, lo que sucederá, pero 'córtalo' de nuevo, evitando así las cadenas de pensamientos. 'Sé' firme.

3) Visualización de la bóveda celeste:
'Represéntate' la bóveda celeste. 'Mentaliza' el firmamento claro, despejado y sin límites. Igual que el azúcar se funde con el agua (es solo un símil que no debe interferir), 'deja' que todo 'tu' ser 'se' vaya fundiendo con la bóveda celeste, generando un sentimiento de expansión y totalidad. Si vienen pensamientos los 'dejas' pasar; son como nubes que vienen y parten, pero no 'te' arrastran.

4) La atención al cuerpo:
'Convertimos' el cuerpo en el poste al que 'atamos' la atención. 'Retira' 'tu' mente de todo y 'concéntrala' y 'absórbela' en el cuerpo. 'Siente' el cuerpo. No 'se' trata de analizarlo, sino de sentirlo sin reaccionar. 'Comienza' por sentir la posición corporal, cómo 'estás' situado. 'Siente' el cuerpo en partes y en conjunto. 'Capta' las sensaciones, burdas o sutiles que van surgiendo: presiones, contactos, temperatura, energía o radiación. 'Siente'. Cada vez que la mente se desvíe, 'tómala' con firmeza y 'condúcela' al cuerpo. No 'juzgues', no 'reacciones', 'mantén' alerta la atención y afirma la ecuanimidad.
La práctica va facilitando el proceso. 'Vence' la pereza y la indolencia. No es fácil poner la mente bajo control, pero con la práctica 'vamos' aprendiendo a estabilizarla y a encauzarla. 'Vamos' ganando en atención, sosiego, lucidez, contento interior, energía y entendimiento correcto. ¿'Tenemos' algo que perder? Sí: el apego, la aversión, el miedo, el sentimiento de soledad, los venenos emocionales y los pensamientos insanos. La meditación se convierte así en una medicina del alma.



(Ramiro Calle, Director del Centro Sadhak, www.ramirocalle.com)