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"Delicadamente, la madre tomó la mano del niño y el niño hizo un gesto torpe, normal para el que está aprendiendo, para el que está jugando a ser, a realizarse como individuo.
La madre le expresó una linda sonrisa al hijo, y éste miró aquí y allá e hizo un mohín improvisado de caricatura, cual suelen hacer los críos de poca edad.
La madre le dio un beso al hijo, y éste sonrió, tal como sonríen los niños cuando algo tierno les toca en la mejilla.
La madre lanzó un suspiro y miró hacia la ventana, mientras el hijo golpeteaba con un sonajero de plástico de colores su ligero colchón infantil.
Alguien dijo una vez que en la continuidad está el destino del hombre y que en tal continuidad, éste llega a descubrir-realizar su naturaleza divina."
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: catai.es)