.
"'Vosotros' que 'sois' esclavos del "yo", que desde la mañana hasta la noche 'estáis' al servicio del "yo", que 'vivís' en el terror constante del nacimiento, de la vejez, de la enfermedad y de la muerte, 'recibid' la buena nueva de que 'vuestro' cruel amo no existe.
El "yo" es un error, una ilusión, un sueño. 'Abrid' los ojos y 'despertaros'. 'Ved' las cosas tal y como son y 'reconfortaros'.
'El que' 'se' despierta 'deja' de temer a las pesadillas. 'Aquel' que 'reconoce' la naturaleza de la cuerda que 'tomó' por una serpiente, 'deja' de temblar.
Y 'el que' 'ha' reconocido que el "yo" no existe, 'se' despoja de todas las pasiones y deseos egoístas.
El apego a las cosas, el deseo y la sensualidad, herencias de anteriores existencias, son la causa de la miseria y la vanidad de este mundo.
'Rechazad' el ávido ánimo de 'vuestro' egoísmo y 'encontraréis' ese estado de espíritu tranquilo y sin pecado que proporciona la paz perfecta, la bondad y la sabiduría."
(Buda)