Acuden en tropel a él sin recibir ningún daño, porque en él encuentran paz, seguridad y felicidad.
La música y los manjares sólo pueden hacer que el huésped de paso haga un alto.
Pero las palabras del Tao poseen efectos duraderos, aunque sean suaves y sin sabor, aunque no atraigan la vista ni el oído."
(Lao Tse, Tao Te King, 35)