El Guerrero de la Luz no sabe lo que es, sólo lo intuye, y el mar dentro suyo se hace imparable.
Pobre, desposeído, alberga en él la mayor de las riquezas.
No lo duden, si alguna vez topan con uno, no lo dejen marchar, exíjanle que se muestre. Él no lo sabe, no sabe que es un Guerrero de la Luz, pero su rostro y su aura lo delatan.
Qué bellos son sus pies y qué encantador es el aire que respiran este tipo de seres.
El Guerrero de la Luz no lo sabe, no sabe lo que es, pero poco importa, porque a la postre acaba cumpliendo
(Braddha Bala)