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Como siempre, el mantra tiene el poder de acallar la mente y de limpiarla de todo lo que no necesitamos y que nos impide ver con claridad. En este caso, este mantra está dedicado a la diosa Laksmi, que es la deidad que encarna el aspecto divino de la buena suerte y la prosperidad.
El mantra puede ser escuchado sin prestarle atención. Por sí solo va actuando en nosotros mientras efectuamos otras tareas.
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