"Siempre he sido un buscador, un Sadhu, un buscador de la Verdad errante. Este ha sido mi propósito en la vida, encontrar el porqué a la existencia, saber quién soy, qué demonios hago aquí, en este mundo.
Estuve aquí y allá y terminé viviendo en el desierto.
Un día, la respuesta que buscaba apareció clara como la luz. No hubo sonidos, no hubo extrañas manifestaciones, mas, sin embargo, todo habló y todo cambió a mi alrededor.
Esa fue mi Epifanía, tras cinco años de búsqueda.
Un día, la respuesta que buscaba apareció clara como la luz. No hubo sonidos, no hubo extrañas manifestaciones, mas, sin embargo, todo habló y todo cambió a mi alrededor.
Esa fue mi Epifanía, tras cinco años de búsqueda.
Las pistas que me llevaron hasta ahí fueron apareciendo en el camino. Eran como orientaciones luminosas en mi interior. Sentí cómo me saltaba el corazón en rara emoción al hallar cada una de tales pistas.
Pasé por enfermedades, por desilusiones, por miedos, pero fui impetuoso en la búsqueda, nunca la abandoné.
Ahora estoy aquí y creo que ya no soy de este mundo, de este mundo tal y como se ve en la televisión, en la vida común. Creo que me muevo en otra esfera y que este cuerpo que veis no es más que un compañero de viaje, compañero al que sin duda deberé un día abandonar. Le daré un cálido abrazo y le daré gracias por haberme traído hasta aquí, hasta donde me encuentro en estos momentos, latiente de vida por dentro, latiente de vida por fuera, sin oscuridades dentro, sin oscuridades fuera."
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: Steve McCurry, Anciano de una comunidad rural, Rajasthan, India. 20minutos.es)
