.
Amigos que seguís "Sano, sano, requetesano", como se ha dicho otras veces y a pesar de antojar redundante en esto, esta página está destinada a los que quieren conocer sobre los entresijos (aparentemente ocultos) de la existencia y conocerse realmente a sí mismos como seres humanos y no andar huecos o vacíos por el mundo.
Claro está que lo que domina en la actual sociedad es un impulso distinto, un impulso simple y llano hacia lo externo, hacia lo exterior; hacia el no pensar, hacia el no buscar, hacia el no hacer prácticamente nada de hecho en el sentido del conocimiento personal.
Se puede alegar a esto "que uno ya se va conociendo con los años", pero, sin embargo, lo que conoce y va conociendo no es más que la mera cáscara en la que se mueve, solo ese exterior en el que parece desarrollarse su vida.
El conocimiento del ser implica un abrir las puertas y ventanas internas para que entre así en él la luz. Si no se hace esto, uno continúa casi con toda seguridad su vida separado de su ser, desconociendo sentidos, desconociendo razones y sumido en una especie de montaje externo (muy extendido por cierto), en un entorno de apariencias, pseudocosas, nubes y telarañas, evadido, en suma, de su propia realidad como persona total.
Esto es lo que se entiende no obstante como "normal" en esta sociedad, este vivir ausente o desconectado de nuestra parte más rica e importante, de lo fundamental en nosotros mismos, que es lo interno que trasciende y alimenta a lo externo.
Conocerse a uno mismo no es de hecho difícil; es casi lo más fácil del mundo, y no hay que renunciar a nada, al contrario; conocerse da la oportunidad de expandirse, de vivir con total intensidad la experiencia de la existencia humana. Conocerse significa vivir de veras lo exterior pero sin ser un desconocedor del propio ser; actuando ahora desde la plena consciencia interna y externa.
Como se ha dicho en otras ocasiones, este mundo, en general, está 'regido' a la postre por el 'dios' dinero y cuando este falta, la persona parece no ser nada en el escalafón social, no tener valor, y encuentra ya a priori las puertas y los caminos cerrados.
A pesar de todo esto, hay que insistir y procurar ir creciendo y madurando, aunque se hallen muchos inconvenientes por delante.
Cuando uno se mueve en lo externo no más, casi todo alrededor parecen ser entonces facilidades y obtención de resultados (solo externos eso sí, solo cáscara en definitiva).
Al final de todo, al cabo, uno elige, vivir en la cáscara de sí mismo y en la ausencia real de su ser o conocerse y vivir al completo, con los ojos, la mente y el corazón abiertos, despejados.
No es fácil para el que actúa así; solo parece fallar la cuestión digamos "económica", porque el dios (dinero) que da muestras de regir este mundo con imperio, parece entonces como enfadarse al tener súbditos un tanto rebeldes y semeja, en principio, negarles el pan y la sal.
Aun con todo, la vía de los sabios, como se ha dicho otras veces, solo cuesta un poco más y en ella se percibe (al no contar con el apoyo manifiesto del dios dinero), el apoyo de otro 'Dios', de una Energía Divina que es, finalmente, la que de veras mueve los hilos en el devenir de los seres y las cosas, también los hilos económicos.
"¿No hay límites?", preguntó 'el despierto', y los Cielos sonrieron simple y cariñosamente, como con una especie de tierno y acogedor abrazo.
Un abrazo asimismo de Energía, amigos y amigas.
Namaste,
(AABB)