"El pecado, para el pecador, es más dulce que la miel; lo encuentra tan agradable que no se preocupa de los frutos; pero cuando su fruto madura, entonces lo reconoce como pecado. Así, el hombre de bien tiene la bondad del Dharma (Camino y Enseñanza hacia laVerdad y Realización) como un fardo y malo mientras no da fruto; pero en cuanto el fruto madura reconoce su excelencia."
(Buda)