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"'Medita' sobre dos estados. Uno es el estado de sueño, en el que se encuentra la mayor parte de la humanidad. La gente vive como sonámbula; su vida es mecánica, su conducta es inconsciente. Las personas no son conscientes de quiénes son, no son conscientes de lo que están haciendo, no son conscientes de adónde van. Su vida es accidental; una madera a la deriva.
En este estado también existe bodhichitta (el Paraíso), la conciencia búdica, o la conciencia crística, o la conciencia kríshnica; no importa el nombre que 'elijas', 'puedes' elegir. Incluso en aquellos que están completamente dormidos, sin tan siquiera haber vislumbrado la conciencia, también existe bodhichitta, también existe la consciencia del buda; pero se encuentra cubierta de basura. Y la basura viene de los cinco sentidos: los ojos, los oídos y los demás sentidos.
Los sentidos vierten constantemente dentro de 'ti' todo tipo de impresiones del exterior. Todo lo que 'ves' llega inmediatamente adentro; todo lo que 'lees' llega adentro; todo lo que 'oyes' llega adentro. Y 'tu' bodhichitta es como un diamante cubierto con capas y capas de impresiones. Éste es un estado.
Lo que los sentidos 'te' traigan, la muerte se lo llevará; porque la muerte 'te' desconectará de todo lo que venga de afuera. Lo que venga de afuera nunca puede convertirse en parte de 'ti', permanece separado. Se queda dentro de 'ti' como un elemento extraño, nunca se convierte en 'tu' naturaleza.
El segundo estado es el estado del despierto, del buda, del iluminado, del que está absolutamente alerta. En el ser humano despierto ha sucedido una transformación. Él también tiene cinco sentidos, pero ahora estos cinco sentidos funcionan de una manera totalmente diferente. Estos cinco sentidos comienzan a verter su compasión al mundo exterior.
A la persona que está dormida, los cinco sentidos le traen sólo impresiones del exterior. En la persona que está despierta, esos mismos sentidos operan vertiendo al mundo exterior su amor, su energía, su compasión.
Cuando 'descubres' bodhichitta, cuando 'llegas' a conocer la consciencia interna, 'dejas' de ser un mendigo. No 'tomas' nada del exterior. Al contrario, 'te' conviertes en un emperador, 'empiezas' a verter 'tu' ser hacia el mundo exterior; lo 'embelleces', 'te' conviertes en una bendición para el mundo. Ésta es la transformación.
Si 'estás' alerta, le 'darás' algo al mundo, 'serás' dador. 'Recuerda', cuanto más 'des', más 'tienes'; porque cuanto más 'viertas' en el mundo, más y más sigue fluyendo a 'ti' de desconocidas fuentes de la existencia. 'Estás' conectado con lo oceánico. Bodhichitta es la puerta de lo oceánico.
Ese océano es 'Dios', de ese océano fluyen continuamente manantiales a 'ti'. 'Tú' simplemente compartes.
Jesús (de Nazareth) dice: "Aquellos que guarden, perderán; y aquellos que pierdan (den), guardarán."
'Comparte' y 'tendrás' más. 'Da' y 'recibirás' del más allá. La persona transformada está dando continuamente. Tiene tanto que dar... Está rebosando.
(Osho)