"De modo que toda 'mi' vida desde el principio 'me' he preocupado de dos cosas: no dejar nunca que 'me' impusieran ninguna cosa no inteligente, luchar contra todo tipo de estupidez sin 'importarme' las consecuencias, y ser racional y lógico hasta el final. Ésta era una de las partes, que 'utilizaba' con todas las personas con las que 'entraba' en contacto. Y la otra era absolutamente privada, propia: 'volverme' cada vez más alerta, para no acabar siendo sólo un intelectual."
(Osho)