"Sentado en la cumbre de una montaña, lentamente, el guerrero deja pasar el tiempo, lo deja pasar como algo inexistente, establecido él en una posición extraña, en un punto de inflexión con respecto al mundo, a lo que yace más abajo.
En la roca está escrito: "Este es el final del mundo", pero tras ella, en el reverso de la misma, pone: "Y este es el comienzo del otro"."
(Braddha Bala)