Perdona si me mantengo al margen, si no me presento a tus invitados, si soy un anfitrión de piedra, un elemento meramente decorativo en la fiesta, en ese run run.
Perdona si me ves esquinado, huidizo, mimetizado con los muebles; perdona, perdona.
No suelo ser así, lo sabes, pero esa energía de hoy no es mi energía, y esas conversaciones sosas no me incumben, me rozan no más y también me llegan a herir.
No sé de dónde soy, querida, lo sabes bien, pero si sé de donde no.
Respiro: aspiro; espiro. Me hago cruces en los pies. Me veo diferente a todo ese medio, a toda esa superficie (tan común, por cierto).
Perdona si no me presento, si me mantengo al margen, si soy esquivo con tus invitados, si mi vaso de agua está siempre lleno; pero soy así, lo sabes bien, distinto, al margen de todo ese mundo.
Otro día, si quieres, me disfrazo de atento y chisporroteante anfitrión e interpreto mi papel en las conversaciones, pero hoy no, hoy no; tengo uno de esos días tontos en los que necesito ser sobre todo yo mismo, no sé, libre, sin pesos ni condicionantes, sin ficciones.
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: Irvin Rivera. See.Me)