"Pero la conciencia no necesita combustible. Cuando este cuerpo muera, 'vuestra' conciencia se trasladará a otro útero. La conciencia es movimiento perpetuo. Es energía inagotable, sin principio ni fin. Nunca empezó y nunca acabará. Por eso no hay miedo cuando 'sois' uno con la conciencia. El miedo solo desaparece cuando se alcalza la fuente eterna, inmortal, lo que no puede morir, lo imperecedero."
(Osho)