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"La primera puerta de yoga está hecha del control del habla, no aceptación de dádivas (superfluas, limitándolas a lo necesario para cada día), vivir sin esperar, libre de acciones egoístas y siempre en lugares retirados.
La vida en un lugar retirado ayuda a controlar los órganos sensorios; ese control a su vez ayuda a dominar la mente; logrado esto el ego queda destruido, lo que da al yogui una ininterrumpida realización de la dicha de Brahman (La Suprema Unidad). Por consiguiente el "muni" (el hombre meditativo) siempre debe esforzarse por controlar la mente.
'Detén' el habla (y otros órganos sensorios) en la mente (no 'permitas' que las olas mentales actúen sobre los centros de los órganos). 'Detén' a la mente en "bud-dhi" (intelecto), a ése ante su testigo y a este último en el infinito Ser Absoluto, y 'alcanza' la Paz Suprema."
(Sri Shánkara)