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"Se cuenta que cuando Alejandro (Magno) estaba próximo a morir, le dijo a su corte:
-Cuando llevéis mi cadáver por las calles, dejad a la vista mis dos manos, que pendan. No las cubráis.
Esto era poco corriente; a nadie se le llevaba de esa manera.
La corte no podía entender, de modo que preguntaron:
-¿Qué quieres decir? Ésa no es la forma acostumbrada. Se debe esconder todo el cuerpo... ¿Para qué quieres que tus manos queden colgando?
-Quiero que se sepa que muero con las manos vacías. Todos deben verlo y nadie debe tratar de ser un nuevo Alejandro. He ganado mucho, pero no gané nada; mi reino es rico, pero yo soy pobre."
(Osho)