"'Debes' morir, morir en la forma que 'tienes' ahora, de modo que aquel que realmente 'eres' pueda nacer de 'ti'. 'Tu' periferia debe morir, de modo que el centro se desarrolle y surja en toda su luminosidad, en su total perfección.
Todos los golpes (dados por el maestro Zen al monje) son para destruir la semilla y permitirle al árbol (de la esencia del Ser) que nazca."
(Osho)