"Mecer la voz sencillamente, acariciar las sinuosidades del cosmos... la leve piel.
Mirar una cara ausente. Mirar una cara que se mira al espejo y que, de repente, descubre que no se conoce.
Huir, decir que no, que todo está bien como está. Que hubo un creador y que estableció el mundo de esta forma.
Tumbarse en la playa, ponerse moreno, hincharse a gambas, a paellas... y con una sangría aminorada en grados recorriendo el cuerpo.
Es más fácil así, cuando no se piensa y uno se deja mecer sencillamente por la corriente del mundo."
(Braddha Bala)