¿Qué es la meditación?

Meditar no es crear un estado especial, ponerse en trance, o cualquier otro estado provocado. Tampoco es la búsqueda a través de sensaciones, tener visiones, ver formas o colores determinados. Meditar significa ser consciente de que desde tiempos sin origen, la mente se encuentra prisionera del apego a sus propias percepciones, engendrándose frustración y sufrimiento.
A través de la meditación 'aprendemos' a despejar la mente de sus limitaciones. En general, 'estamos' condicionados en 'nuestras' formas de respuesta: "me gusta o no me gusta", "quiero o no quiero". 'Vivimos' en la espera, en la inquietud, en la esperanza de que ocurra lo que 'deseamos' y en la desconfianza de que ocurra lo que 'tememos'. Esa tensión, esa voluntad de felicidad, es la causa misma de nuestro sufrimiento.

Por la meditación 'vamos' más allá de la simple espera de la felicidad, 'nos' liberamos de la tensión y de la inquietud, y en consecuencia, 'nos' liberamos del sufrimiento.
'Podríamos' definir la meditación shiné (en tibetano) o samatha (en sánscrito) como el cultivo de la atención en relación a un soporte con una actitud de ausencia de lucha. De esta forma, la mente va liberándose, estabilizándose.