“Miras hacia los lados, hacia todas partes, pero no miras hacia ti, hacia lo que realmente importa.
Huyes; te dejas ir; actúas en un mundo que se mueve; pero apenas paras para mirar hacia donde hay que mirar, hacia el interior del ser.
Eres activo, práctico; persigues lo que se valora en el actual sistema de cosas; pero no te detienes casi nada a reflexionar, a observar, a plantearte el fondo de las cosas.
Vives, en general, en una nube; no en una acolchada y suave; sino en una de artificio que te impide precisamente conocerte.
Vives en el aire, en el humo, en la nada, en la apariencia; nada que ver con lo que realmente eres: un ser de luz que viene a este mundo en busca de la luz.
Vives, en general, en el colmo, en el absurdo, en la lucha cotidiana, en la llamada 'carrera de ratas', para hacerte en ella un lugar, un puesto seguro, para conseguir una engrosada jubilación. No sabes, o pretendes ignorar que estás aquí de paso, desnudo antes y desnudo más tarde.
Eres como un niño en realidad, un ser que permanece ignorante de sí hasta el último momento.
Eres noche pudiendo ser día; sombra pudiendo ser luz; lucha y falta de descanso pudiendo ser victoria y calma.
Pero todo está bien, sin embargo, como está; así ha de ser para que cada cosa se desarrolle a su tiempo, para que todo vaya teniendo lugar.”
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: igdigital.com)
