"Si creces, solo tú lo sabrás, tú y los Cielos, porque esto es un baile entre dos, un juego en principio entre dos que luego, al final, acaban siendo uno y lo mismo.
Aparentemente, nada cambiará por fuera; las mismas trabas, el mismo mundo loco corriendo en pos de aire, de mero vacío, de apenas nada...
Si creces, solo tú serás consciente de ello -el Universo se entera, claro, lo sabe, y todos los seres y cosas cantan por dentro una canción, pero el mundo exterior, ese escenario, seguirá siendo aparentemente el mismo; quizá día a día más deleble; quizá día a día más cartón piedra, más bambalina, menos real.
Los dos bailarines están en la pista. Solo ellos existen en realidad; ni astros, ni nubes, ni días ni noches, ni bigbangs, ni hombres ni mujeres, ni niños ni recelos, ni luchas ni nada. Solo dos bailarines conjuntados en el baile del crecimiento.
Mira, mira lejos, hacia el horizonte y más allá; si estás en la buena senda, esa en la que la mente y el yo son meros sirvientes en el camino de la realización, avanzarás, crecerás.
Y mira, también, si, por el contrario, te obstinas en viajar asido e identificado a un yo y una mente que aparentemente son tus dueños, aunque recorras el planeta en bici, aunque hagas veinte Caminos de Santiago a pie y te conozcas todas las islas del Océano Pacífico, siempre, siempre, terminarás regresando al mismo lugar, a casi la misma posición, sin apenas verdadero crecimiento.
Sin yo y sin mente (sin ser su esclavo) se va lejos, se crece, se evoluciona. Con yo y mente señoreando tu conciencia, permaneces, sin embargo, casi exclusivamente en el mismo lugar, en el mismo aula de párvulos."
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: blogs.lanacion.com.ar)
