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"El cuerpo es una nave; no más que una nave. El guerrero de la luz lo sabe, y por eso a veces se pellizca, porque lo sabe pero se le olvida y se identifica demasiado con el vehículo. Se ha de autocorregir porque en él mismo subyace el maestro y el alumno, el conductor y el vehículo, y no ha de olvidarlo.
El guerrero de la luz es una apuesta del Cosmos, un juego cósmico, un divertimento de los dioses, una pura experiencia al más alto nivel.
En la India, el viaje del guerrero de la luz es aquel que pasa a través de los tres 'gunas', 'Tamas', 'Rayas' y 'Sattva'. A los occidentales se les diría que 'Tamas' es una pantalla de cine que oculta la realidad, 'Rayas' es la pseudorrealidad que se proyecta en dicha pantalla, y 'Sattva' sería la conciencia que hace despertar de todo este juego de ficciones.
El guerrero de la luz es una bella apuesta, sí, y a través del escenario de los 'gunas' se va descubriendo a sí mismo y a la vez va descubriendo lo que en verdad es. "Dioses sois", exclamó una vez Jesús de Nazareth,"Está escrito también en la Biblia". La labor del guerrero de la luz consiste en realizar su identidad divina aquí en la Tierra o en cualquier otro planeta, no en un cielo, no en el puro aire inconsistente."
(Braddha Bala)
