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Los desahucios, una muestra más de la locura e impotencia de un sistema anclado en leyes y directrices ciegas. ¿Dónde queda la imaginación de un gobierno encargado de velar por sus ciudadanos?"A pesar del bajo sueldo que yo ganaba nunca me he negado a pagar", destacó Mercedes lamentando que no tiene otro lugar donde ir. "Yo no he comprado mi piso para lucrarme, me lo he comprado para vivir dignamente con mi hijo, como cualquier familia", aseguró al tiempo que añadía que no era consciente de las condiciones reales de la hipoteca cuando la firmó.
(Al banco tampoco le interesaba que lo 'fueras', ni que 'supieras' que el interés real a pagar anual no era el de un modesto cinco por ciento que proclamaban, sino de un cien, doscientos o trescientos por ciento incluso; ni tampoco le interesaba que 'supieras' que 'te' iban a cobrar los intereses de los treinta años convenidos (si era este el plazo) de antemano, por si 'vendías' antes el piso; así 'ellos' se lucraban con un dinero éticamente inmoral de ser cobrado por anticipado.)
El barrio de Sant Josep, en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona), fue este jueves el escenario de una nueva lucha del movimiento15-M. De un lado unos sesenta ‘indignados’ bloqueando la calle TerraBaixa y gritando consignas contra los bancos y a favor de la dación en pago. Del otro, los funcionarios judiciales y dos agentes de los Mossos d’Esquadra que se disponían a desahuciar a Mercedes Contreras, que vive en el inmueble con su hijo y su hermana. Esta ecuatoriana de 45 años, trabajadora de la limpieza, compró el piso en 2004 por unos 220.000 euros y ahora, tras quedarse en el paro, no puede pagar sus deudas con el banco.
(220.000 euros significan que probablemente, al final de los treinta (?) años estipulados, se terminaría pagando al banco unos 350.000 euros tirando a bajo, unos once millones de pesetas de beneficio neto para el banco como mínimo. Claro que al banco no le interesa que la gente sea consciente de estos datos. Cuando en la televisión se anuncia que tal banco ha tenido tantos millones de euros en beneficios. 'Sabed' de donde salen, de señoras que limpian y limpian con la sencilla aspiración de tener una vida mínimamente digna con su familia. Claro está que esto a las entidades financieras no les importa. "A la santa calle sin opciones", ni del estado ni de los otros estamentos públicos, cómplices por omisión o por desinformación a sus ciudadanos.)
(B B)
