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"Cuando   nada 'te' impulse a seguir adelante y nada 'te' empuje tampoco para   atrás; cuando 'mires' a los ojos de alguien y 'veas' en ellos una suerte   de espejo; cuando 'intentes' avanzar y 'consideres' la inutilidad  misma  del avance; cuando 'quieras' luchar y ya no haya enemigos por  ningún  lado. Sí, entonces, sin dudarlo, 'sabrás' que 'estás' en el  lugar.Cuando   'te' sea imposible mentir y a la vez lo 'consideres' totalmente   ineficaz; cuando también 'consideres' ineficaz competir con el prójimo;   cuando 'mires' en derredor y 'comprendas' que el horizonte ya no está   allá, tras los montes, sino en 'ti', que va 'contigo' doquiera que 'te'   desplaces; cuando 'sonrías' y 'sientas' que esa sonrisa no es   artificiosa ni interesada ni nada de nada... Sí, puede que entonces   'consideres' que 'has' llegado.
No habrá trompetas sonando, ni pífanos celestiales, ni investiduras de ninguna clase, ni enmarcados títulos,   ni genuflexiones de nadie con los ojos bajos, ni alabanzas estériles.   Tampoco hacen falta. Sólo sabrás que has llegado, ahí, en lo más  propio,  en lo más sincero, en la misma Fuente de Azúcar Cande. Eso es  el  Nirvana, el Reino de los Cielos en la Tierra, el mismísimo Paraíso   perseguido por tantos buscadores. Eso es."
(Braddha Bala)

