"Sólo cuando 'hemos' entrado en la meditación 'entramos' verdaderamente en un templo. La meditación es el único templo que no tiene paredes; la meditación es el único templo en el que, en cuanto se entra en él, se entra verdaderamente en un templo. Y el que 'empieza' a vivir en meditación 'empieza' a vivir en el templo veinticuatro horas al día."
(Osho)