sábado, 16 de febrero de 2013

Karma y renacimiento (reencarnación)

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KARMA Y RENACIMIENTO


La doctrina del karma y el renacimiento que constituye una parte importante de las enseñanzas de los Upanishads, ha ejercido una gran influencia práctica sobre la sociedad hindú, hasta 'nuestros' días. Es éste uno de los pilares más fuertes sobre el que descansa el dharma de India. La doctrina fue formulada en respuesta a la pregunta sobre qué 'le' sucedía al hombre después de la muerte. 'Explicaba' también a los hindúes la desigualdad de los hombres entre sí al nacer y 'les' proporcionaba razones para creer en una base moral del universo; base según la cual la virtud es siempre recompensada y la iniquidad, castigada. La doctrina del karma y el renacimiento es ciertamente una original contribución del hinduismo al pensamiento filosófico mundial.
Debe ser claramente entendido que esta doctrina no se aplica al Alma o Atman que es, en su esencia verdadera, superior a toda muerte y nacimiento, puesto que no puede hallarse afectada por el tiempo, el espacio ni la ley de causación.

KARMA

Literalmente, karma significa acción: denota la acción en general y el fruto producido por las impresiones sutiles que permanecen como el “hacedor de la acción” hasta muchísimo después que la misma ha cesado. Es en este último sentido que la acción juega un importante papel en el moldeado del futuro del hombre, no solamente en la tierra sino también después de muerto. La ley del karma es la aplicación de la ley de  causa y efecto  en el mundo moral. Ninguna acción es realizada sin que produzca su efecto, tanto en el cuerpo como en la mente. En el momento de morir, las acciones del hombre 'permanecen' en forma de semilla; y esas semillas se desarrollan cuando aquél 'adopta' un nuevo cuerpo físico, ya sea en la tierra o en otro plano de la existencia. 
“Cada hombre  'nace' en el mundo que 'él mismo' 'se' 'ha' construido”.  
El arquetipo de lo bueno y lo malo realizado permanece  en  el mundo  sutil.  El bueno 'heredará' 'su' propia bondad; el perverso, los frutos de 'sus' malas acciones. Así también, el hombre devoto 'será', con el tiempo, santificado; y quien del mal 'se' nutre 'será' víctima de 'su' propia siembra. Por esto 'se' dice que el hombre 'está' compuesto de deseo (kama); en proporción a 'su' deseo es 'su' prudencia, en proporción  a 'su' prudencia, 'realizará' actos (karma); en proporción a 'sus' actos, serán los resultados que 'coseche'.
El hinduismo 'enseña' que las buenas y las malas tendencias de esta vida y la felicidad y sufrimiento del hombre son las inevitables consecuencias de 'sus' acciones pasadas, y que las acciones llevadas a cabo en esta vida determinarán los actos de 'su' próxima existencia. Estas convicciones 'han' sido enseñadas por los hindúes para explicar las penas infligidas a los hombres en esta vida y para que las mismas sean aceptadas con calma y resignación. Son también un incentivo para 'inclinarse' hacia la recta conducta; porque si un hombre no 'realiza' malas acciones en esta vida, 'tendrá' escaso dolor y sufrimiento en 'su' futura existencia. De esta manera, el hombre 'es' libre de acelerar o de obstaculizar 'su' propia evolución. Ni 'su' desarrollo ni 'sus' acciones son determinadas por ningún factor externo a 'sí mismo'. A través de la ley del karma, los sabios de los Vedas 'trataron' de explicar los fundamentos morales del universo. De acuerdo a éstos, la rectitud será recompensada y la maldad castigada en esta vida o en el más allá.

RENACIMIENTO

La teoría de la reencarnación es la contrapartida necesaria de la ley del karma y de la inmortalidad del Alma. El Alma, siendo eterna, no puede ser aniquilada con la desaparición del cuerpo físico. La idea del premio eterno o del eterno castigo después de la muerte, no 'aparece' en la mente de los sabios hindúes. Es absolutamente desproporcionado para la ley de causa y efecto imaginar que una acción realizada en un corto período de la vida —que de por sí está sujeta al error— pueda producir como fruto un castigo que durará por toda la eternidad. La idea de que el alma que ha errado no puede tener otra oportunidad para rectificar sus errores, es injusta e inmisericordiosa, de acuerdo al pensamiento de los sabios entendidos en los Vedas.
Los místicos védicos 'hablan' a menudo de las cuatro vías que un hombre 'puede' seguir después de la muerte. Ellas están determinadas, como 'hemos' visto anteriormente, por las acciones y pensamientos habidos durante la estadía sobre la tierra de un alma en un cuerpo. En primer lugar, las almas altamente desarrolladas, que 'llevan' una vida de rectitud extrema, que 'meditan' con todo 'su' corazón y devoción en Brahmán y que 'practican' disciplinas espirituales, pero que, pese a todo esto, no 'obtuvieron' la completa realización antes de la muerte, 'van' al llrahmaloka o plano de Brahmán (más o menos se corresponde con el cielo de los cristianos) y desde allí, a su debido tiempo, 'obtienen' los medios para 'su' liberación. Algunas, sin embargo, 'retornan' a la tierra para un nuevo nacimiento. Esta vía es conocida como “el camino de los dioses” o devayana. Por otra parte, los ritualistas y filántropos que 'enseñan' con el fruto de 'sus' acciones, después de la muerte 'van' al liandraloka o esfera lunar. Para llegar allí 'se' atraviesa una vía conocida como “camino de los padres” o pitriyana. Después de disfrutar en ese sitio dichas inmensas, como recompensa a 'sus' acciones meritorias, retornan a la tierra, puesto que aún conservan deseos de felicidades mundanas.
Otros, que 'realizan' acciones prohibidas por la religión y la moral, adoptan, después de muertos, cuerpos subhumanos y 'residen' en lo que es generalmente conocido como infierno. Luego de la expiación de sus errores, 'renacen' en la tierra con formas humanas. Por último, aquellas personas que 'ejecutan' acciones extremadamente malas, 'se' ven conminadas a renacer repetidamente en cuerpos de criaturas insignificantes. Con el tiempo, 'se' liberan del fruto de 'sus' malas acciones. Estos cuatro cursos no pueden aplicarse, obviamente, al alma afortunada que 'obtiene' el Conocimiento de Brahmán en su vida física, antes o en el preciso momento de la muerte. Ninguna ida o vuelta, son imaginables a 'su' respecto: 'está' absorbida en Brahmán. La estadía de un alma en un cuerpo superior o inferior, 'es' simplemente temporaria.
Las acciones realizadas por las almas residentes en esas criaturas inferiores, no 'producen' resultados, como 'ocurre' con las realizadas por aquellas encarnadas en cuerpos humanos. Cuando un alma 'toma' nuevamente investidura humana, 'sigue' la corriente de evolución espiritual suspendida en el momento de la muerte. Como la obtención de la perfección no es posible en una vida, el alma 'asume' muchos cuerpos buscando obtenerla. De acuerdo a la filosofía hindú, todas las almas 'deberán' obtener, finalmente, la perfección.

Satyameva Jayate. Namaste. 'Bienvenido' 'aventurero de la vida'. ¿Ya 'te alimentas' bien?

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