"El
ego es necesario, porque uno ‘cae’ en el caos y ‘necesita’ un
yo sintético. Pero no es el yo auténtico, es un yo sintético, de
plástico, que tiene que ser abandonado un día. ‘Utilízalo’,
‘trasciéndelo’ y ¡’arrójalo’! Uno ‘tiene’ que llegar
al estado de no-ego, ‘tiene’ que olvidarse de existir separado de
la existencia. En ese olvido, en ese abandono del ego, uno ‘vuelve’
otra vez a ser Adán (hombre base) de una forma completamente nueva.
Uno ‘se’ transforma en Cristo (ser despierto), otra vez la
unidad, la simplicidad, la inocencia, pero esta vez luminosa. ‘Has’
nacido por segunda vez.”
(Osho)